martes, 2 de abril de 2013

"¡ÉCHAME LA PERPETUA!"






Era su toga a lunares y con vueltas de volantes.
Por bulerías sus informes, por fandangos sus desplantes. 
No preparaba juicios, que echaba buenasventuras, y la voluntad cobraba, en vez de pasar minutas. 

Cuando a estrados se subía, el ademán le salía, de llevar bata de cola,

y si había de protestar, tenía que recordar que letrada, aún calé, era, 
pa que antes que una Venia un zapateo no saliera. 

¡Gitanita letrada, suéltate el pelo!, que quiero que mi sentencia huela a romero.

¡Ay mi abogada, gáname el pleito! que libre quiero estar pa ser tu preso.

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