Y consentí en tus sueños ser nacida ilusión
y en meláncolicas horas misterio de ese amor.
Más no soy visión fantástica que entre sombras se esconda,
ni surjo de las nubes con ninguna intención.
Soy sólo yo, ladrona de poesías, porque haciéndolas mias, avivo tu pasión.
No soy quién para robar amor a nadie.
El amor es de quién quiere ser y no de quién quiere poseerlo.
Tampoco puedo usurpar por la fiuerza un sentimiento, pues si ese sentir no desea ser usurpado,
mejor que pleito será un desistimiento.
¿El alma?, imposible quitarla
porque sólo se entrega cuando llega el momento de preferir condena por ser alma enamorada.
Ladrona de libros, ¿para qué?,
si el libro que quisiera robar aún no está escrito.
Me basta ser ladrona de Poesías
para con ellas sentirme deseada
como musa soñada de quién las escribia.
y en meláncolicas horas misterio de ese amor.
Más no soy visión fantástica que entre sombras se esconda,
ni surjo de las nubes con ninguna intención.
Soy sólo yo, ladrona de poesías, porque haciéndolas mias, avivo tu pasión.
No soy quién para robar amor a nadie.
El amor es de quién quiere ser y no de quién quiere poseerlo.
Tampoco puedo usurpar por la fiuerza un sentimiento, pues si ese sentir no desea ser usurpado,
mejor que pleito será un desistimiento.
¿El alma?, imposible quitarla
porque sólo se entrega cuando llega el momento de preferir condena por ser alma enamorada.
Ladrona de libros, ¿para qué?,
si el libro que quisiera robar aún no está escrito.
Me basta ser ladrona de Poesías
para con ellas sentirme deseada
como musa soñada de quién las escribia.
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